plaza

La calma se derrite por mis dedos.
Estoy furiosa.
La ira se apodera de mí alma y toma el control de mi cuerpo.
El tiempo es ahora,
ya;
en este instante:
alteramos los sentidos.
Nos sentimos como en una hamaca.
Excepto que no sabemos si en algún tiempo vamos a bajar.
Contamos hasta tres.
Uno,
dos;
tres.
Caemos.
Y volvemos a empezar.

Comments

Popular Posts